El Mundial Juvenil y un Cambio de Paradigma

A continuación les dejamos una nota que no es de nuestra autoría, sino que pertenece a la gente de 7metros blog con un análisis muy interesante a cerca del seleccionado nacional y lo que nos dejó el Mundial Juvenil disputado en Mar del Plata durante la semana pasada.   Paradigma: modelo o patrón que se sigue en cualquier actividad y que se aceptan como verdaderas (o falsas) sin ponerlas a prueba de un nuevo análisis.
Thomas Kuhn afirmaba que un cambio de paradigma se da a través de alguna revolución, y el handball argentino ha sufrido (o gozado de) un cambio de paradigma. ¿Cuál fue ese cambio? Veámoslo juntos. Más allá de la participación en el –ya extinto- Mundial B de Austria 1992 y de la sorprendente actuación argentina en el Mundial Junior de Egipto 1993, cada vez que un Seleccionado Argentino salía a la cancha contra una potencia, lo hacía a no pasar vergüenza, a perder dignamente. No por nada se tardaron dos mundiales adultos enteros en lograr el primer triunfo, cuando se venció a Kuwait en Francia 2001. Y fuera de los batacazos en Portugal 2003 superando a Croacia y empatando con Rusia, la lista de partidos ante potencias muestran derrotas y –la mayoría- abultadas. En las categorías menores la historia no es muy diferente y apenas se pudo disfrutar de dos empates –ante Hungría y Polonia- en el Mundial Junior de Brasil 2003 y de un pase a segunda ronda en el Junior de Hungría 2005. Pero decíamos que un cambio de paradigma se da por alguna revolución y ese hecho disruptivo ocurrió en el Mundial Juvenil de Bahrein 2007. Las noticias que llegaban desde tierras tan lejanas no dejaban de azorar: – ¿Empataron con Croacia y pasaron a segunda ronda? ¡Qué grosso! – Si, pero viste como es esto, ahora nos pasean los europeos y a casa. Pero no fue así. Empate ante Polonia e histórica victoria frente a España para llegar a semifinales por primera vez en la historia. Dos derrotas dejaron a Argentina en un –hasta entonces- utópico cuarto lugar –con un jugador en el Equipo Ideal incluído-. Y se dio la revolución. Esto se empezó a esbozar en el Mundial Adulto de Croacia 2009, donde se pudo haber superado a Eslovaquia y Rumania y se perdió con la frente en alto con Francia, a la postre campeón del torneo. Pero la confirmación llegó en el Mundial Junior de Egipto 2009, con la misma camada que sacudió dos años atrás en Bahrein. El arranque fue inolvidable, con un triunfo sobre el final ante los padres de este deporte, Alemania –que ganaría el torneo-. El pase a segunda ronda con victoria ante Islandia incluído emparejó a los albicelestes con Brasil, Francia y España. ¿Otra misión imposible? ¿Otra vez a perder dignamente? No, el paradigma ya se había cambiado, ahora le podemos ganar a cualquiera. Triunfo ante Brasil, sacudón a Francia y empate con España. Por muy poquito no volvieron a meterse en semifinales, pero si volvieron a tener a un jugador en el Equipo Ideal. Y con ese nuevo paradigma y con varios de los jugadores que generaron esta revolución se fue a disputar el Mundial Adulto en Suecia a principios de este 2011, y la historia ya es bien conocida. Empate con Corea del Sur con gusto agridulce y ajustadísima derrota ante la potencia Polonia. Se complicaba la cosa, pero Argentina le ganó a Eslovaquia y pateó el tablero al imponerse al local y candidato para cerrar el pase a segunda fase ante Chile. Allí si se perdió feo con Croacia, pero se estuvo en partido ante el que sería finalista, Dinamarca, y casi se le gana a Serbia. En el último partido, ya ni siquiera Alemania daba miedo y fue así. Los teutones necesitaron de doble suplementario para ganar y quedarse con el puesto 11°. Sumado a todo esto, Argentina se dio el gusto de organizar su segundo Mundial en casa. Tras la fallida experiencia de 1995, el Juvenil de Mar del Plata 2011 era todo un desafío. Y se cumplió con creces. Buena organización, equipos satisfechos y una cantidad de público que hizo de este certamen –posiblemente- el mejor en cuanto a convocatoria en la historia de la categoría. Pero lo importante siempre es lo deportivo y el equipo argentino dejó en claro que este cambio de paradigma tiene donde afirmarse. Con Chile y Gabón como rivales a vencer con tranquilidad, Argentina tenía por delante dos rivales duros: España y Suiza. Y lo remarcable no es el resultado, sino que en ambos se salió a jugar con ilusiones ciertas de ganar. Y no se distó mucho de eso. En definitiva, cuando Argentina sale a jugar un partido ante una potencia ya no lo hace más a no pasar vergüenza, sino que sale a ganar, y eso ya es muchísimo. Ahora se vienen los Juegos Panamericanos de Guadalajara, donde Argentina es favorita a lograr la plaza Olímpica, el sueño que desvive al handball argentino hace años. Faltan menos de dos meses y, esperemos, que este cambio de paradigma se plasme en tierras mexicanas y podamos ver la bandera argentina en el estadio olímpico de Londres en 2012. Fuente: http://blogs.tycsports.com/7metros/2011/08/22/cambio-de-paradigma/