SOMOS OLÍMPICOS
Gastón Rudich, para Superhandball.com.ar Es dificil describir lo que a uno le pasa por dentro cuando vive algo como lo que nos tocó vivir esta noche. Será que aun no caemos, será que aun no tomamos dimensiones del logro conquistado por este equipo, por estas camadas de jugadores de diferentes edades (porque los hay jóvenes, los hay maduros y los hay grandecitos), por este cuerpo técnico que nunca bajó los brazos, que nos dio el mejor mundial de la historia en enero y ahora nos regala el oro panamericano y la histórica clasificación olímpica; recuerdo que vamos a atesorar en nuestra memoria, hasta el último día de nuestras vidas. Mucho se habló antes del partido. Era una incógnita saber cual iba a ser la historia que se iba a escribir hoy en Guadalajara, incluso para quienes seguimos al deporte día a día. Que la defensa, que el ataque, que las lesiones. Brasil llegaba demoledor, imparable, era el verdugo. Argentina dejaba dudas, no convencía, sufría con Chile para pasar a la final… Sin embargo aparecieron los Gladiadores, esos mismos que defendieron con sangre, sudor y lágrimas el resultado, quienes levantaron 5 goles de diferencia, quienes nos hicieron vibrar hasta el último segundo, esos mismos que hicieron llorar a Pablo Monti y a Juan Martín Rinaldi en el épico relato de TyC Sports, indudablemente el condimento especial para una noche inolvidable. Gonzalo Carou y Pablo Portela dejando la vida en defensa, en cada pelota, ayudados por Leo Querín y Agustín Vidal, verdaderos muros para el ataque brasilero. Sebastián Simonet, Damián Migueles y Juan Pablo Fernández poniendo la cara en los momentos dificles, rompiendo las redes, quemándole las manos a Maik, una leyenda bajo los tres palos. Federico Pizarro, un contorsionista, un optimista del gol, un jugador de enorme técnica individual que no deja de sorprendernos y creo yo, de sorprenderse a sí mismo, aunque él estaba seguro de que esa pelota (con la que culminó el primer tiempo) entraba. Él lo sabía y por eso le sacó a Sebastián el balón de las manos. Y si hablamos de picos altos nos volvemos a topar con 2 enormes y descollantes figuras, que de alguna manera, ya grabaron su impronta en el equipo nacional: hablamos de Dieguito Simonet, un mago que no se cansa de frotar la lámpara, de usar esos resortes que tiene como piernas para ir hacia adelante, de sacudir el arco con espectaculares latigazos, de asistir a todos, absolutamente a todos sus compañeros y de sonreir, porque él, como nadie disfruta del juego, ama lo que hace; y de Matías Schulz que desde hace un tiempo solamente acumula experiencias notables con la selección. Es que el rubio arquero surgido de Polvorines no hace otra cosa que atajar «para el campeonato» cada vez que se calza la celeste y blanca. Como olvidar el trabajo de Andrés Kogovsek, el gran capitán y guía de este plantel, asistido por Christian Plati, dos tipos que si hay algo que no se les puede reprochar, es su amor por la camiseta. Qué alegría y que emoción «Cogote», cuando agarraste el micrófono luego del partido. Porque esta era una cuestión personal, una última batalla que querías ganar. Sabías que era el momento y allí estuviste una vez más, como desde hace casi dos décadas, defendiendo mucho más que la bandera. Sería injusto no nombrar a Fernando García, Federico Vieyra y al goleador del equipo, Federico Fernandez, tres paladines que se turnan para dar la cara, que fueron indudablemente enormes pilares en el ciclo que terminará de coronarse cuando se encienda la antorcha de Londres 2012. Uno contagiando toda su energía desde abajo de los 3 palos, el otro con un brazo zurdo descomunal y el tercero, el sereno, el que parece no despeinarse a la hora de enfrentar al guardavallas rival. Hernán de Lorenzi, no se equivocó cuando les puso el mote. Son Gladiadores y lo volvieron a demostrar, llevando al Handball con sus corazones, su entrega y su entusiasmo, a la elite máxima del deporte mundial. Gracias totales. Gracias cuerpo técnico, gracias jugadores, gracias por saltar los límites de lo imaginable, gracias de nuevo por hacer nuestro sueño olímpico realidad, gracias por ser los precursores de esta nueva era. Volvemos a ser tapa, volvemos a figurar y gracias a ustedes podemos gritar a los cuatro vientos que el Handball estará en Londres: SOMOS OLÏMPICOS, carajo, y punto final.