Hora del análisis

Finalmente, la selección juniors femenina finalizó el mundial de la categoría en la vigésima posición tras caer el pasado martes ante Angola por 22-11 en lo que fue claramente el peor partido del campeonato pero es cierto que hubo mucha rotación. En materia de resultados, quizás la actuación nacional deja un sabor amargo si se tiene en cuenta que se ganó un solo partido de los siete disputados (ante Kazajstán 31-26) y se perdió ante rivales a priori más débiles como Uruguay, Angola y Congo. Sin embargo, este equipo mostró su mejor versión ante las potencias, perdiendo solo por un gol ante Suecia (hoy semifinalista y candidata al título); por siete ante República Checa tras un excelente primer tiempo que finalizó un gol abajo y por cinco ante Corea cuando al entretiempo iba ganando por la mínima. Si tenemos en cuenta que el objetivo final de las categorías formativas es nutrir en el futuro a la selección mayor, considero que el proceso es positivo ya que muchas jugadoras mostraron estar a la altura y que pueden ser el recambio necesario que debe darse en todos los planteles. Tampoco debe caerse en el extremo de que todo fue perfecto, porque el mundial no lo fue. El caso de las consecuentes derrotas ante Uruguay es alarmante si se tiene en cuenta que dicho país no cuenta con una competencia interna ni tampoco con el apoyo que se ha logrado en nuestro país. De hecho, cada vez que se acerca la fecha del mundial, Uruguay tiene problemas con el dinero para viajar hasta que aparece algún sponsor que financia los viajes. Cómo ya lo mencionamos en un post anterior, las charrúas se está adueñando de la segunda plaza de Sudamérica en todas las categorías del handball femenino y ahí debe recaer el análisis y evaluar qué es lo que se está haciendo mal. Nadie duda que las jugadoras dejan todo en la cancha y de todo el sacrificio que hacen para entrenar dejando de lado muchas cosas pero volvemos a viejos interrogantes: ¿Se hacen como corresponde la reclutación de jugadores para la selección? ¿Cuántas veces se viaja al interior del país a observar jugadores? ¿Es bueno centralizar todos los entrenamientos en Buenos Aires o será mejor poner un lugar en el medio de distintas provincias al cual puedan acudir mayor cantidad de jugadores? Ya son conocidas las historias de Agu Vidal y Lucía Haro (menciono a ellos 2 pero hay muchos) del sacrificio que han hecho para entrenarse en las distintas etapas de la selección e incluso muchos se quedan afuera porque no pueden acudir a los entrenamientos y mientras más competencia interna y más jugadores haya eleva el nivel. Leo sus opiniones, creo que entre todos podemos aportar para mejorar nuestro deporte y desde acá agradecemos a toda la delegación Argentina por la representación y la garra demostradas en el Mundial.