Gracias

Q ue mezcla de sentimientos, muy dificil sentarse a escribir tras un partido más que duro. Hoy fue un día como el de Guadalajara, imposible estar sentado, haciendo fuerza en cada lanzamiento, estirandonos en cada atajada, protestandole al arbitro (a la tele en realidad). Queríamos ganar, ¿quién no? Pero una vez disipadas las lágrimas de los ojos se puede ver con más claridad y quedan varias cosas claras. La primera de todas es que este grupo ha llevado al Handball argentino a lo más alto del nivel mundial, los jugadores y el cuerpo técnico consiguieron que la gente se siente frente al televisor a ver Handball, que los periodistas de fútbol hablen de Handball e incluso que mucha gente se ilusione con ganarle a algún europeo, cosa que los Gladiadores han hecho. Se termina la aventura olímpica con una certeza absoluta, no será la primera. El trabajo de 4 años, la aparición del ENARD, la camada de juveniles exitosos mixturada con los experimentados y la convicción de soñar con Londres como algo concreto hicieron posible que veamos a nuestro equipo nacional en la pantalla compitiendo de igual a igual. El Handball se transmitió por 3 canales ¿recuerdan cuándo había que desempolvar un VHS para ver un partido? Y hubo todo tipo de repercusiones. Cuando yo era chico ni mis viejos sabían lo que era el Handball, hoy este grupo de jugadores lo puso en boca de todos e hizo vibrar a un país. ¿Cuánto vale que tu hijo te diga, “hagamos unos pases, yo soy Chino Simonet”? ¿Cómo se explica que llegues al trabajo y te digan “bien el Handball eh!”? ¿Y que en el partido de Mini del club los chicos festejen una atajada diciendo “ataja Mati Schulz”? Eso es muy sencillo, pasa o no pasa, no se puede comprar, no se puede generar, es la masividad, es haber llegado hasta el furgón del tren donde dos ñatos comentan “hoy juega el Handball”. Eso sólo es posible gracias a este grupo de jugadores, que no sólo llevaron la bandera bien alto si no a nuestro deporte. Por eso no hay tristeza, o un poco si, pero es porque este grupo nos mal acostumbró a siempre pedirles lo imposible, a soñar con más y más. Pero las lágrimas no son de tristeza, son de felicidad, saber que mis hijos estos chicos le dejan un camino en el Handball, ya no es un deporte anonimo, es un deporte olímpico en Argentina. Inmediatamente habrá que comenzar a trabajar en los Juegos de Rio 2016, la Confederación debe elaborar dos proyectos: 1) de Alto Rendimiento para optimizar este equipo, para que siga compitiendo como hasta ahora con los mejores 2) en la masividad y el deporte de base: hay que lograr que muchos más chicos se acerquen al Handball, para eso hay que capacitar entrenadores y aplicar políticas de difusión y masividad. Pensemos en que los chicos de 10 años que vibraron con los Gladiadores tienen que ser los que vayan a los Juegos de 2024 y 2028, con esa cabeza de mirar al infinito Londres será sólo un comienzo y la derrota con Túnez una mera piedrita en el camino de la grandeza. GRACIAS