Quilmes gritó Campeón
Por Gastón Rudich, Superhandball.com.ar Quilmes lo logró de nuevo. Al igual que en 2010, cuando consiguió el bicampeonato, el conjunto conducido por Christian Gull se coronó campeón Metropolitano. El Torneo Clausura, que hasta la última fecha era todo de Sedalo (con un único empate en la segunda jornada ante Ward), terminó quedando en manos de la escuadra quilmeña que venció a los locales 28 a 25. El antes y los primeros minutos Mucho se habló en la previa y mucho se trabajó en la previa también, pues en lo institucional, ambos clubes se pusieron de acuerdo para que esta suerte de final, terminara siendo una verdadera fiesta. Más de 600 almas se acercaron a la Bombonerita de Lanús Oeste, para alentar a Sedalo y Quilmes, copando no solo la tribuna lateral, sino también, casi los 4 costados de la cancha. Bombos, redoblantes, banderas y bombas de papel, le dieron al encuentro, un marco pocas veces visto (el choque contó con la cobertura exclusiva de femebalTV y además fue transmitido en vivo por Handball de Primera Radio). Con una sólida defensa y un Zago temible, Quilmes marcó la cancha desde el vamos. Gracias a la precisa y dura contención de Marco Averio a Federico Pizarro, la figura lanusense, fue la visita quien logró una temprana ventaja. Quilmes estaba dispuesto a aguarle la fiesta a un rival que desde 1991 no tenía la posibilidad de obtener un campeonato a nivel metropolitano. El encuentro era muy parejo. De un lado era Truffini quien castigaba con fuertes lanzamientos, del otro los hermanos Pizarro quienes canalizaban el instinto goleador. El partido era físico, muy disputado y de un ida y vuelta infernal. Así y todo reinaban la lealtad y el fair play, algo para destacar en un partido de estas dimensiones. El cervecero tomó la ventaja Más allá de la temprana primera exclusión de Luciano Torres, que desde el comiienzo agarró el extremo izquierdo en ataque, reemplazando de gran forma al goleador Benjamín Testa (suspendido), Quilmes logró imponer su juego. La férrea defensa 6-0, con mucha presión sobre el más grande de los Pizarro y las paradas de un Javier Zago que con el correr de los minutos se iba convirtiendo en figura, terminaron de configurar el esquema del partido. Ahí estaba Quilmes, llevando a cabo el encuentro que había venido a buscar: jugando con los nervios iniciales de Sedalo, haciendo pesar el trajín de la experiencia y liderando el score. Los zurdos Eric Gull y Juan Truffini se erigían alternadamente como la principales armas de gol por el lado de la visita. Entre los locales era Fede Pizarro el amo y señor del equipo. A pesar de estar muy bien tomado por Aveiro, se las ingeniaba para resolver: A distancia, en suspención, de contra y desde los 7 metros el astro volvía a mostrarse intratable, en un torneo en el que ya llevaba convertidas 105 anotaciones (máximo y absoluto artillero). Al mismo tiempo y desde el centro, Fernando Mau trataba de plasmar un estilo, fórmula que chocaba con el enorme bloque defensivo de Quilmes, liderado por el experimentadísimo Ariel Gilardini, pero que en determinadas circunstancias servía a Sedalo para llegar al gol. Javier Zago bajaba la persiana una y otra vez a los extremos (9 atajadas sobre 19 lanzamientos en la primera mitad) y en una ráfaga, el cervecero se iba 11-15 arriba al descanso, gracias a un antológico bombazo de Eric Gull de tiro libre, cuando restaban tan solo 2 segundos para que muriera el tiempo regular. A lo Quilmes Con mucho orden, temple, coraje y autoridad Quilmes salió a jugar el complemento. Llegaron los goles de Aveiro cuando las papas comenzaban a quemar y nuevos lanzamientos del Quillo en momentos clave, para congelar cada uno de los intentos de descuento de los conducidos por Cajales. Sedalo corría y apuraba las transiciones pero cuando llegaba del otro lado se topaba con la figura de Javier Zago una y otra vez. Solo Fernando Mau, Nacho Pizarro y el mismo Fede, eran capaces de vencer a la muralla quilmeña, que a esa altura era ya decisiva en el trámite del cotejo. Gracias a los paradones de Zago Quilmes mantenía la ventaja que fluctuaba entre 3 y 4 goles (llegaría a ser de 5 a falta de 10 minutos por jugar y a tan solo 1 gol, a 5 del cierre). Un final de película El reemplazo de Lucas Schamann por Marcelo Scaglione surtió efecto. Quilmes tuvo 2 lapsos de 4 minutos cada uno en los que no pudo anotar. Preso del apuro y de las ansias, dejó pasar varias chances de liquidar el pleito. El rubio golero llegado desde el banquillo tapó 11 pelotas en pocos minutos y Sedalo volvió a revivir. El «finger role» de Federico Pizarro, los robos en el fondo, la contra mortifera y el ingreso momentaneo de Iván Rockstroh en el centro, fueron todos flashes en un intento desesperado por igualar las acciones. Sedalo estuvo a una pelota de empardar el tablero, pero se le terminó por escapar. Un par de sablazos de Eric Gull, cuando su equipo estaba con uno menos en cancha y una contra acelerada por Lautaro Gelosi (otro de los que llegó desde el banco) para estirar el parcial, sirvieron para empezar a redondear una noche cuasi-perfecta del elenco quilmeño. Además, abajo, David Perrota, Ariel Gilardini, Facundo Torres y Marco Aveiro culminaron con la construcción de un impasable muro defensivo. Sin embargo, a 1.40 minuto del final, el extremo derecho Thomas Schuld, una de las jóvenes promesas del visitante que ya se habia despachado con un globo soberbio en la primera mitad, no dejó la pelota en su lugar y, tras una pérdida de balón, terminó siendo excluído por la dupla Marina-Minore (de buena actuación, en especial, por la seguridad con la que fallan) para dejar a su equipo con uno menos hasta el cierre. Aún quedaba una chance y Sedalo no la quería dejar pasar. Zago, Eric y más Zago. 3 cosas le permitieron a Quilmes mantener el score favorable: Un gol de pivote de Eric Gull cuando nacía el pasivo, más atajadas de Javier Zago desde todas las posiciones – El arquero del seleccionado de Beach, cerró una de las noches más importantes de su carrera con 21 atajadas sobre 24 lanzamientos (casi un 50% de efectividad) – y un lanzamiento de Chicho Mau que pegó en un poste, pegó en el otro y por esas cosas del destino terminó por rebotar hacia afuera. El tiempo no le iba a alcanzar a un peleador Sedalo que, contra viento y marea, ha dado batalla a todos en este Clausura. El conjunto de Lanús Oeste es un equipo jóven, con mucho futuro y que ha trabajado con su DT Diego Cajales de manera notable en lo psicológico y anímico para convertirse, en poco tiempo, en un firme candidato que aspira al título. Del otro lado festejos y la vuelta olímpica, con trofeo nuevo para las vitrinas del club. Un premio más para el emblemático Eric Gull, leyenda viva que algunos habían dado por retirado (tras la doble lesión del tendón de Aquiles que a los 38 lo marginó de las canchas por casi un año) y que esta noche sus propios compañeros se encargaron de homenajear en andas. Quilmes ganó un torneo pero el Handball ganó una final, una tremenda batalla épica que seguramente quedará por siempre en nuestra memoria. El deporte ganó y la fiesta fue completa, ganó el espectáculo, porque sobraron el respeto, la dignidad y el fair play, los grandes protagonistas de una noche que pudo haber coronado a cualquiera de los 2, pero que terminó premiando a Quilmes. Un aplauso para Sedalo y las 600 personas que se acercaron a alentar dignamente, que con mucha hombría aplaudieron la vuelta de su rival, entendiendo que, en definitiva, todo esto se trata de un juego. Síntesis: Sedalo vs. Quilmes 25-28 (11-15) Sedalo: Lucas Schamann, Marcelo Scaglione, Iván Rockstroh, Ignacio Pizarro (4), Fernando Mau (5), Tomás Bernechea, Lucas Morello (1), Federico Pizarro (14 / 4p), Gastón López, Juan Montivero, Ariel Pintos, Lucas Moscariello, Pablo Rodriguez (1). Sanciones> Ignacio Pizarro (2,2); Fernando Mau (2). DT: Diego Cajales Quilmes: Javier Zago, Santiago Algozino, Thomas Schuld (1), Gabriel Culzoni, Facundo Torres (2 / 1p), Leandro Maruca, Marco Aveiro (3), Eric Gull (7), Juan Truffini (5), Federico Lucero, Lautaro Gelosi (1), David Perrota, Ariel Gilardini (2) Sanciones> Thomas Schuld (2,2); Gabriel Culzoni (2); Facundo Torres (2); Luciano Torres (2,2); Lautaro Gelosi (2) DT: Christian Gull.