Somos lo que Hacemos
A veces es difícil sentarse a escribir y no olvidarse de nada, aunque obviamente, es infinitamente mejor que sentarse a tipear y no tener nada que escribir. Por suerte, hoy me pasa lo primero. Cuando hace mas de un año empezamos a hablar con Gonzalo Echavarria, no veíamos ni cerca la posibilidad de realizar el evento que organizamos hace una semana. Fue una conversación de colegas (jugadores de handball) y de recordar torneos nacionales que habíamos jugado en contra cada uno con su respectivo club. Hubo mucho intercambio de emails, muchas charlas por facebook y celular, para que cada detalle cuente. Desde la ropa, los carteles, la charla, los micrófonos, carpetas, pulseras, sorteos, vídeos, presentaciones, plaquetas, diplomas (podría seguir eh!)… Siento una inmensa satisfacción. Llegue el jueves lleno de ilusiones, y obviamente temores, de que las cosas salgan mal, de que los chicos no vengan, que me trabe hablando en la charla, o que no salgan los ejercicios, y a medida que pasaban las horas las cosas fluían. Me iba soltando, los chicos llegaban y me saludaban con un abrazo, muy parecido el que yo le di al Manu Ginobilli cuando lo vi en Londres, un apretón muy tímido por el miedo a quedar baboso, pero con mucho sentimiento. Eso me OBLIGO a relajarme, y disfrutar de la fiesta, que les aseguro que en eso se convirtió. Cuando parecía que la charla de apertura podía durar 3 hs mas, porque había miles de cosas de las que hablar, y tanto todos los que estaban en la sala, como yo, nos sentíamos cómodos preguntando y respondiendo al mejor estilo ping pong; nos fuimos al primer entrenamiento. No les voy a contar todo lo que entrenamos con los 31 chicos que vinieron entre menores y cadetes (Hubiesen venido, quedensé con la intriga) porque quizás les canse, pero ver a todos estos chicos corriendo, saltando, esfrozandose para imitar mis movimientos, haciendo fintas, metiendo goles y tirarse al piso por esa pelota que se iba al lateral, me lleno el corazón. El sábado a la noche me fui a casa totalmente cansado, aniquilado de no parar en 48hs, pero sabiendo que valió el esfuerzo, que tantas horas de planificación, de laburo y detalles, no son nada comparado a la cantidad de abrazos, felicitaciones y caras de satisfacción que me lleve este fin de semana. El handball es vida, el deporte es salud, pero este tipo de acciones te inflan el pecho, te dan ganas de seguir y empezás a entender que en la vida, no todo es clavar un golazo de 9mts al ángulo, sino que también consiste «en hacer jugar a los demás». Por ultimo quiero agradecerle infinitamente a Gonzalo por todo el esfuerzo y dedicación que tiene hacia el handball. A Maribel Turello por la organización, a Edu por las ganas interminables de ayudar, a los chicos que ayudaron durante los entrenamientos y mas que nada a todos los que vinieron, se acercaron, mandaron buenas ondas, ayudaron a promoverlo y que se difunda. Hasta la próxima…. no?