El Gladiador Mendocino

El 15 de febrero el seleccionado argentino de handball de midió con su par de Uruguay en dos partidos de preparación de cara a los Juegos Odesur que se disputarán en marzo en Santiago de Chile. El partido, que sirvió para determinar la lista de los convocados a la cita, tuvo un condimento especial: fue el debut en la selección absoluta del mendocino Eric Aciar, jugador de 28 años de Municipalidad de Maipú. Caballero y respetuoso tanto dentro como fuera de la cancha, Eric es un símbolo de su equipo, multicampeones del torneo local,  y del balonmano de su provincia. Dedicado y apasionado, dirige las categorías de menores y cadetes en las mismas instalaciones del club que lo ha visto nacer, crecer y formarse. Desde adolescente la celeste y blanca ha sido siempre su sueño. Formó parte de las concentraciones que en 2001 y 2002 Fernando Capurro y Mauricio Torres realizaron por el interior del país que, si bien le valió entrenarse en Buenos Aires para distintos torneos, no logró integrar las selecciones formativas. La vida le daría revancha más de 10 años más tarde, sin antes superar algunas pruebas. La primera vez que nos enfrentamos fue en cadetes. Eric ya dominaba una gran cantidad de recursos. Su repertorio incluía lanzamientos, fintas, habilitaciones, fuerza. Puedo dar fe de todos ellos, porque aquella tarde tuve que marcarlo. El partido terminó en empatado en 21 con una genialidad de su parte sobre el cierre. Salimos segundo y ellos, Campeones. Ya en Primera División perfeccionó su potentísimo lanzamiento externo, tanto suspendido como bajo cadera. Alguna vez me comentaron que lo perfeccionaba y practicaba diariamente lanzando ladrillos desde distintas distancias en el patio de su domicilio. Mito o realidad, lo cierto es que con él y sus grandes actuaciones en los Nacionales de Clubes, le valieron la esperada citación al Seleccionado adulto a fines del año pasado. Sin embargo, tuvo otros obstáculos que también debió sortear. En 2010 un accidente casi le cuesta caro, un peligroso traumatismo de cráneo luego de caer mal en la pileta del club donde trabaja en el Verano. Hubo que operarlo de urgencia y estuvo cuatro meses alejado de la actividad. A pocos meses de la intervención nos vimos. Con mi equipo habíamos ido al Torneo de la Vendimia en Maipú y, al enterarme de lo sucedido, fui a saludarlo: estaba en el gimnasio, entrenándose y preparándose para volver. en su rostro podía verse una cicatriz… en su cara, el deseo de estar nuevamente en una cancha. Su espíritu estaba  intacto. Después de tanta dedicación al handball, quedar en la lista de jugadores definitivos para los Odesur hubiera sido el final perfecto de esta historia. A pesar de no haber sido tal queríamos resaltar su lucha  y premiar al lateral izquierdo mendocino por todo lo que ha hecho. Puede que no viaje a Santiago, pero nadie le quietará el título de ser el «Gladiador Mendocino». Felicitaciones.